La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce 20 tipos de métodos anticonceptivos, de los cuales solo dos son para hombres. Esta es una cuestión muy importante que incluye y afecta a ambos sexos por diversas razones, pero dos de ellas resaltan entre las demás.
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Según la Ley 25.673 de salud sexual y procreación responsable, el poder elegir libremente la forma que se quiere utilizar para controlar la natalidad, es uno de los derechos que aquí están garantizados; así como también en la Ley 25.673 y en la Ley 26.130 (de anticoncepción quirúrgica) el poder acceder a ellos gratuitamente en hospitales y centros de salud, obras sociales y prepagas de los que están incluidos en el Plan Médico Obligatorio: preservativos, pastillas, inyectables, DIU, anticoncepción de emergencia, anticoncepción quirúrgica (ligadura de trompas y vasectomía) e implante subdérmico.
Por lo que acceder a información y preservativos en forma autónoma, sin necesidad de acompañamiento o autorización de una persona adulta, es legítimo sin importar la edad o el sexo. Desde los 13 años, de acuerdo al Código Civil y Comercial, es un derecho acceder en forma independiente a todos los métodos anticonceptivos reversibles.
Y a partir de la mayoría de edad es posible adherir sin cargo y de manera libre a la anticoncepción quirúrgica (ligadura tubaria y vasectomía), según lo establece la Ley 26.130. Además, el Código Civil reconoce que desde los 16 años se está avalado para tomar de manera emancipada todas las decisiones sobre el cuidado del propio cuerpo. El único requisito es dejar constancia por escrito de la decisión después de recibir información completa y comprensible.
Justamente por esto, existen consejerías en salud sexual y salud reproductiva en los centros de atención primaria y hospitales, donde los profesionales médicos están para informar sobre métodos anticonceptivos, para que se logre elegir según preferencias, necesidades y situación de biológica. También es un derecho poder retirar preservativos y anticoncepción de emergencia en forma libre en todos los establecimientos de sanidad, incluidas las guardias hospitalarias.
Los métodos reconocidos por la OMS son: Anticonceptivos orales en combinación (pastilla o píldora), Pastillas de progestágeno (minipastilla o minipíldora), Implantes, Progestágeno en forma inyectable, Anticonceptivos inyectables mensuales, Parche anticonceptivo combinado y anillo vaginal anticonceptivo combinado, Dispositivo intrauterino (DIU) de cobre, Dispositivo intrauterino (DIU) de levonorgestre, Condón masculino, Condón femenino, Esterilización masculina (vasectomía), Esterilización femenina (ligadura de las trompas; salpingectomía), Método de la amenorrea del amamantamiento, Píldoras anticonceptivas de emergencia (acetato de ulipristal, 30 mg, o levonorgestrel, 1,5 mg), Método de días fijos, Método de la temperatura basal corporal, Método de los dos días, Método sintotérmico, Método del calendario o método del ritmo, Marcha atrás (coitus interruptus).
Como se puede observar, casi todas las técnicas anteriormente mencionadas son destinadas para la mujer y, el hombre solo cuenta con el uso del preservativo y la vasectomía. ¿Por qué sucede esto?
El profesor de biología reproductiva de la Universidad de Nottinghan dijo a la BBC Mundo que "La idea de crear un anticonceptivo masculino ha existido casi por tanto tiempo como el anticonceptivo femenino", pero que el principal desafío médico siempre ha sido que, mientras la mujer libera un óvulo por mes, el hombre produce millones de espermatozoides a diario. Tanto así, que incluso si el hombre pierde el 90% de su capacidad de producir espermatozoides, sigue siendo fértil, señala el experto.
Así y todo, esta no es la principal razón por la que no se ha avanzado en crear una píldora real y práctica: "Creo que si no se ha desarrollado efectivamente ha sido por el éxito de la píldora anticonceptiva femenina. Funciona tan bien y es tan eficiente que, desde una perspectiva económica, muchas de las compañías farmacéuticas no sienten la necesidad de invertir en una nueva". "Por distintos motivos, se puso el peso del cuidado de la anticoncepción a las mujeres. Ellas han sido las que han asumido casi totalmente esa responsabilidad, lo que es un poco injusto", añadió el académico.
Y este es uno de los motivos más reconocidos por la sociedad, ya que viene de una concepción milenaria, de la división de tareas en las cavernas, donde la tarea del hombre era salir a cazar y conseguir alimento para su familia, y la mujer era la designada a quedarse a cuidar a los hijos.
El problema de esta forma de manejo, es que muchas veces recae en su totalidad sobre los hombros de la mujer, no sólo la anticoncepción (cuando no es deseada), sino que también la crianza de la descendencia. Lo que desencadena un conjunto de factores, como que los errores que cometen las crías derivan solo del lado materno, por lo que se les echa la culpa; ya que el lado paterno “no tiene nada que ver en esto”.
Otro de los elementos significativo a tener en cuenta en este análisis sobre la importancia de poder proveer más métodos anticonceptivos para el hombre, es generar más opciones para ellos, de los cuales poder estar seguros y tener la elección de poder elegir una doble protección, no solo para embarazos no deseados, sino también de enfermedades venéreas.
Según el testimonio de un anónimo, su novia (con la que ya convivía hacía varios meses) le expresó que no podía tener hijos, ya que con su expareja habían intentado sin éxito alguno. El motivo era que ella tenía un problema en su aparato reproductivo, por el cual no podía concebir. Razón por la que ella insistió en mantener relaciones sin preservativo (que era el único método que utilizaban) y, meses después, se produjo un embarazo no deseado.
En la página oficial del Hospital Italiano (Bueno Aires), comentan que “existen varias áreas de investigación en anticoncepción masculina. Uno de las más desarrolladas es la anticoncepción hormonal que utiliza testosterona en inyecciones de depósito. La testosterona es la hormona masculina y es producida por los testículos. Al administrar altas dosis de ésta hormona el cuerpo interpreta que hay suficientes niveles de la misma y entonces el testículo deja de funcionar, tanto en su producción de testosterona, como en la de espermatozoides. Muchas veces se asocia con otra hormona, como es la progesterona, para aumentar la efectividad. Al suspender la aplicación de estas hormonas en pocos meses los testículos vuelven a recuperar su funcionalidad. Existen varios trabajos dirigidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) mostrando su buena efectividad y reversibilidad”.
También explican que “otra técnica en vías de desarrollo es la colocación de una droga denominada “Risug”, en la luz de los conductos deferentes por punción. Esta sustancia no produce una obstrucción como la vasectomía, sino una modificación en la carga eléctrica que tienen en la superficie los espermatozoides. De manera que al pasar los mismos por la zona donde está colocada la droga, los espermatozoides se desintegran.”
Y así hay otros métodos anticonceptivos más que se continúan investigando, respecto a efectividad, permanencia, forma de utilización, entre otras. Pero su desarrollo final y lanzamiento al mercado depende de, como se nombró anteriormente, el interés político y/o económico que se tenga al respecto, para que alguna empresa esté inclinada en invertir en ello.
Esta problemática es un tema que es transversal a la sociedad, ya que es un asunto de salud que afecta a todos por igual. Y que siempre se haya hecho de una determinada manera y que esto funcione, no quita que se pueda y quiera seguir avanzando para generar un futuro mejor para todos, y que, además, mejore la calidad de vida y la salud sexual tanto de hombres, como de mujeres.
Muy buena info. La comparto en mis redes.