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Para entender este problema complejo que tiene el país es necesario conocer cómo y dónde comenzó todo, y desmarañar las causales de una matriz que ha llevado al default al territorio en seis oportunidades.
(Por Eduardo Aguirre) A lo largo de su história el país viene sufriendo un progresivo crecimiento de su deuda externa por los sucesivos y reiterados empréstitos solicitados por cada uno de los presidentes que se fueron sucediendo, desde que la Argentina es considerada como tal.
Ya en el gobierno de Bernardino Rivadavia en 1822 con el llamado empréstito Baring Brothers comenzaba el derrotero de los pedidos de fondos al extranjero, y desde ahí muy poco se ha pagado y mucho se ha incrementado esa deuda, a modo de ejemplo vale citar que cuando Sarmiento termina su mandato ya la deuda era de 14.5 millones de libras esterlinas, y que estas acciones junto a las del presidente Roca derivó en la primera gran crisis de 1873.
De ahí en más, son varias las crisis que sufrió: el Pánico de 1890, la crisis de la deuda latinoamericana de 1982, en las que entró en cesación de pagos, los gobiernos militares, los gobiernos de Perón, nuevamente los militares y los presidentes democráticos desde 1983 en adelante, hasta llegar a la gran crisis económica de 2001, donde argentina entró en default por tercera vez en su historia.
Luego de ello ya más próximos en el tiempo, el blindaje financiero, las cuasi monedas, el presidente de la Rúa renuncia, llegan 5 presidentes en una semana y la devaluación, que luego de un shock financiero, trajo una gradual recuperación, que permitió al gobierno de Néstor Kirchener, pagarle al Fondo Monetario Internacional.
Este hecho, efectivamente ocurrió, pero aun así dejaron impagos numerosos bonos con acreedores privados (holdouts) que provocaron otro default hacia los finales del segundo mandato de Cristina Fernández, quien también recurrió a la emisión de otros bonos para financiar el déficit fiscal, por entonces desmedido.
Pero al tiempo que Argentina pagaba sus deudas en el periodo comprendido entre 2005 y 2015, también emitía bonos que eran adquiridos por inversores privados, lo que en verdad generaba un incremento paulatino de la deuda, y el concerniente deterioro de la moneda local, que comenzó a ser emitida casi sin control desde el año 2008 a la fecha.
¿Qué son los Holdouts?
Son fondos de capital riesgo que adquieren deuda de economías en situaciones problemáticas, cercanas a la quiebra, para posteriormente presionar y cobrar la totalidad del valor de esa deuda, además de los intereses por los años adeudados, sin tener en cuenta posibles reestructuraciones.
El Gobierno de Cristina terminó con una deuda estimada en 220 mil millones de dólares, y en ese contexto asume Mauricio Macri, quien decide pagar la deuda con los holdouts, con el único objetivo de poder tomar más deudas, como la del famoso bono a 100 años y los 50 mil millones pedidos al fondo monetario internacional, elevando la deuda argentina a los 278 mil millones de dólares.
Así llegamos a nuestros días, con una profunda crisis financiera, y una deuda actualizada a septiembre de 2021 de 340.165 millones de dólares, donde una gran parte de la misma fue re perfilada hacia 2025 y la restante perteneciente a lo adeudado al fondo monetario, se mantiene en renegociaciones, mientras estamos en un virtual default encubierto.
Entre diciembre de 2015 y diciembre de 2019 la deuda externa privada creció en u$s 18.000 millones hasta alcanzar u$s 83.800 millones, un nivel superior al de 2001. Del total, u$s 38.600 millones correspondían a deuda comercial y u$s 45.100 millones a deuda financiera.
A partir de un pico en 2019 y coincidiendo con el cambio de gobierno, comenzó un proceso de desendeudamiento externo privado que totalizó u$s 5900 millones sólo en 2020.
Tal como surge del informe mensual de Evolución del Mercado de Cambios y Balance Cambiario elaborado a partir de los datos que provee el RIOC, al 31 de enero de 2021 se vienen registrando 18 meses seguidos de cancelación de deuda financiera (tanto externa como interna).
Al respecto Jorge carrera director del banco central, analizó que: "El gobierno anterior intentó solucionar la restricción externa promoviendo el endeudamiento en cinco frentes distintos. Este fue tanto público como privado, en moneda nacional como extranjera y con contrapartes tanto en el sector privado como con organismos multilaterales. Pero el volumen que alcanzo la suma de estas fuentes llevó a que los pagos de capital e intereses que se debía afrontar resultaran imposibles, ante un pequeño cambio en las condiciones externas".
La Argentina no ha conseguido bajar sus gastos, y por el contrario adquiere deuda de manera crónica, sin que se pueda encontrar otra salida a esta crisis, que no sea, renegociar la deuda, emitiendo un bono con altísimos intereses, lo que conlleva a que no solo no se pague lo adeudado, sino que se adquiere más y más dinero prestado, un círculo vicioso que parece nunca acabar.
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